De un tiempo a esta parte ando solo

No obstante estar rodeado de cantinas

De vendedores que ambulan con sus rifas

Y yo como una piedra en un recodo

Voy cebando la costumbre en que me asolo

Sin chistar y asolado o azulado

Por su luz a su lado me conformo

En perseguir a ciegas el milagro

De convertir el fondo del espejo

En espléndida aunque fugaz maravilla

Del sol puesto a brillar en los deshechos

Y la miseria huyendo por arriba

Mientras el solo alista sus pertrechos

Invadiendo de solos las orillas

 

Julio Carmona

 

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