Si hemos de morir, que no sea como cerdos
Cazados y acorralados en punto no glorioso,
Rodeados por la loca y hambrienta jauría,
Que se burla de nuestra maldición.

Si hemos de morir, que sea con nobleza,
Para que no se derrame nuestra preciosa sangre
En vano; que aun los monstruos que desafiamos
Tengan que honrarnos ya muertos.

¡Oh, hermanos! ¡Combatiremos el mismo enemigo!
Aunque menos, seremos valientes
Y contra sus mil golpes daremos uno de muerte.

¿Qué importa si tenemos el sepulcro abierto?
Como hombres frente a la asesina y cobarde jauría,
Contra la pared, muriendo, lucharemos.

Claude McKay

Jamaica

Versión castellana de Mónica Mansou.

Texto proporcionado por Christina Castello.