«Vale más canción humilde que sinfonía sin fe». J.C.
«Si no vives para servir, no sirves para vivir», este es el lema de: www.vosquedepalabrasvives.blogspot.com

Revisando unos poemas, que preparo para su publicación, reparo en estos versos: “puede haber hermoso engaño / mas no engaño en la hermosura”, y su interpretación sirve para ilustrar la relación que hay entre inteligencia y corrupción, y decir que ‘puede haber inteligentes corruptos, pero no corrupción en la inteligencia’. Sería exagerado decir que todos los funcionarios corruptos no son inteligentes (aunque lo evidente es que algunos no lo son), porque la inteligencia puede usarse tanto para hacer el bien, como para hacer el mal; pero esos inteligentes corruptos no pueden justificar su corrupción con su inteligencia, pues el auto enlodarse resulta ser poco inteligente. Una argucia “inteligente” es decir: “Lo hice por el bien del país” o “Acepté el cargo que me dio el corrupto mayor para poner mi inteligencia al servicio de la institución.” Pero son argumentos que se desmoronan cuando se les pregunta si igual hubieran aceptado para hacerlo sin cobrar.

Es obvio que este otro argumento: “Es verdad que el actual director es un ladrón, pero hace obra; los anteriores también robaron y no hicieron obra”, resulta ser un silogismo propio no de un inteligente sino de un delincuente. Pero, como dice el famoso adagio: “Hay de todo en la viña del señor.” Y en las filas de la corrupción, las perlas brotan a borbotones. Cuando alguien dice -o se ve- que se vende a la corrupción para que lo apoyen en su ascenso o le cubran sus delitos (de acoso sexual, de malversación, de peculado, etc.) estamos frente a casos flagrantes de indigencia moral, aunque ésta vaya unida a una eficiencia técnica o calificación académica (raras -insisto- en los corruptos).

Y en estos casos últimos (de técnicos y académicos ufanos, que en la corrupción no abundan) es posible dudar que se apoyen en inteligencia, porque ésta es incompatible con el daño al interés público, porque la inteligencia es sinónimo de servicio a la comunidad e implica desprendimiento personal. Porque los méritos intelectuales no sirven para dorar egoísmos. Porque “todo acto o voz genial viene del pueblo y va hacia él”. Porque nadie es dueño de sus triunfos si se vive en sociedad; el mismo Robinson Crusoe pudo sobrevivir en la isla desierta porque ya llevaba acumulada una vasta experiencia de la civilización.

Justa frase es aquella que dice: ‘Si no existiera quien apoyara al corrupto, éste vería desmoronarse su mala intención’. Esa es la vara que mide a la inteligencia. Aunque sea equivalente a arar en el mar…