Invento rosas que asesinan balas
Y una revolución que le dé vuelta al sol
Me subo a la palestra del que vomita sangre
Y bajo a la inefable vergüenza del que usa
Lentes de oro para beber el rumbo inverso de mi voz
Aquellos que viven sembrando cemento como si fueran
Flores Construyendo ideales de monstruosa factura
Destruyendo la esbelta riqueza de los árboles
Por la imperfecta belleza de su círculo vicioso
Que va del auto último modelo a las tetas de lujo
De las amantes prominentes ¿Y por esa impericia
De domeñar designios tenemos que sentarnos a morder
Un verso que merodea la labia de un mundo muerto?
Ojalá esa muerte nos regale la dicha de un paisaje mejor
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