Qué le puedo decir ahora a los niños de mañana cuando abran los ojos a la noche y vean tantos sueños Rotos y esparcidos como campanitas de cristal Recorreré montañas de recuerdos rumas de papel
Montones de basura y sumideros de odio en busca De mi primera batalla con el mundo para heredarlos Y sólo encontraré a mis padres construyéndome Una habitación celeste mientras la vida se venía
Con su implacable borbotón de años y engaños Con esa infatigable vocación de repetirse Y sorprender a propios y extraños a tirios y troyanos
Mientras espero sentado a la vera de mi humilde puerta Ver pasar el cadáver del enemigo y decirles A los niños de mañana Ese es el objetivo… |
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