Vale más canción humilde que sinfonía sin fe. J.C.

SUELE SER ASÍ, Vladimir V. Maiakovky

Provistos de amor nacemos todos,
Pero el trabajo,
El dinero
Y todo lo demás
Nos va secando el suelo del corazón.
El corazón se viste de un cuerpo,
El cuerpo de una camisa.
Pero no basta.
Alguno,
¡Será imbécil!,
Se pone puños falsos
Y en el pecho se echa almidón.
Ya se arrepentirán al envejecer.
La mujer se maquilla,
El hombre gira a lo Müller como aspas de molino.
Demasiado tarde.
La piel se repliega en arrugas.
El amor florece,
Florece,
Y se marchita.

Vladimir V. Maiakovky,
URRSS