Nota del moderador: Incluimos esta carta del historiador peruano Alfredo Alberdi Vallejo, dirigida a Robert Alva Dofrelas, por su pertinencia y apreciaciones generales sobre el tema de fondo. Por supuesto, lo hacemos con la autorización del caso. Esperamos contar con la participación constante de ambos colaboradores.

Queremos también dejar constancia que hemos recibido el saludo del profesor universitario Jorge Majfud, a propósito de haber publicado su texto en este debate. Juan Víctor Alfaro.

CARTA DE ALFREDO ALBERDI VALLEJO

Estimado amigo Roberto: muchas gracias por la publicación de la entrevista sobre Guaman Poma y tu comentario a la misma aparecido en el blog «Papeles para la Historia» dirigido por el reconocido poeta peruano Julio Carmona. En esta oportunidad cabe agregar solamente unos cuantos cometarios a tus puntos de vista.

Es verdad que la burguesía peruana es «débil, dependiente, rentista, parasitaria», creo que a esas categorías de su base económica se le debe agregar otras características inherentes a su ideología, propias a su concepción de clase decadente: el ser racista e IMITATIVA, por construir una República «sin el indio y contra el indio», por planificar cosas imperfectamente copiadas o minúsculas de lo que tienen sus amos externos, por ejemplo, tener su «pentagonito», su «Sheratoncito», su «Capitolito»; copiar malamente su «pequeña Harvard» (PUCP), exhibir a su «Susy» en vez de la «Cicciolina» italiana para sentirse autosatisfecha por su política ramplona gobernada por fantoches, genocidas y cleptómanos; compararse con otras grandezas naturales o citadinas como la «Suiza peruana», la «Sevilla Andina» y demás etcéteras.

Los que estudiamos la Historia también asumimos una actitud democrática, nos adherimos al nacionalismo del pueblo y, por tanto, la producción intelectual lleva este signo de partida. Como se aprecia de mis artículos, en ellos cuestiono el esquema ideológico de la dependencia intelectual de Latino América, especialmente de la norteamericana, como habitualmente suelen aparecer en las citas y bibliografías de algunos historiadores peruanos; por mi lado, en esta sección, privilegio los trabajos de los peruanos nacionales mientras que de los otros van como fuentes secundarias o de tercera mano; la actitud contraria es iniciar un listado con la letra A (apellido de una Norteamérica «especialista» en G. Poma) y terminar con la Z (aquí otro apellido de un holandés-norteamericano) de los trabajos publicados generalmente en inglés.

Seguramente estas reflexiones las iremos ahondando en el futuro, según como se nos presenten las ideas, en este debate que hace poco se ha iniciado en Europa y que ahora se traslada a Latinoamérica.

Cordialmente,
Alfredo Alberdi Vallejo