Rosina:


que «estupefacta» «sólo» signifique «atónita, pasmada» no le quita un miligramo a que sea un adjetivo exagerado. No quiero olvidar nada sobre el tema de memoria histórica a que haces referencia. En «Cementerio general» hay un poema sobre el caso Uchuraccay y la actitud de Vargas Llosa. Y a ese respecto mi posición sobre su posición (voy a ser redundante) no ha variado un milímetro, como no variará mi objeción a «La utopía arcaica» porque la descalificación a Arguedas es interesada: VLL, entre otras cosas, no analiza los poemas de «Katatay» donde cualquier crítico tomaría en cuenta su visión profética («Al padre creador Túpac Amaru») sobre la migración. Ojo: es el primer poema peruano sobre este tema (me corrijo: es el primer gran poema sobre este tema y el más grande de la poesía de la segunda mitad del siglo XX), está escrito en un quechua de un vigor épico y uno de sus mensajes centrales es: ahora que estamos en Comas (de esa época) hay que capturar la ciudad de los mistis, hay que aprender su escritura y el manejo de sus máquinas para convertir esa ciudad en una más limpia que la nieve de nuestras montañas. Como sabemos, esto último nunca ocurrió, pero el mensaje visionario es de una modernidad que ni el propio VLL con todo su cosmopolitismo jamás ha tenido. ¿Y qué decir de «Oda al jet» o de «Carta a los intelectuales» (no estoy seguro del título del poema en este caso)? Simplemente la ausencia de una mención a este libro supermoderno deja sin piso a VLL.

Lo que sí me «pasma» es que hagas referencia al tema que conversamos en mi casa contigo y Óscar sobre el candidato de la derecha en los años 90. No sé qué tiene que ver este tema con las opiniones de Carmona, el buen Bernardo, o JRR o Dante Castro sobre la obra novelística de VLL. Lo que dije entonces, y Óscar respaldó, es que VLL no iba a ser presidente del país, los militares tenían previsto hacerle un golpe de estado si él ganaba. Eso consta en varios documentos publicados luego.

Finalmente no quiero descalificar a nadie. Si Carmona cree que esa ha sido mi intención, me disculpo. Por eso aprecio las palabras de Bernardo: podemos discutir pero sin descalificar ni menos picarse.