Si bien creo que «Las travesuras de la niña mala» es una mala novela a pesar de que tiene un personaje fascinante que es, por cierto, la «niña mala» del título, el comentario que hacen ustedes sobre ellas es peor aún. Aparte de que, sí, el plural de «zonzo» debe ser «zoncito» y de que alguien graduado en filología por lo general debe tener ciertas lecturas (aunque incluso eso es posible: el mundo de hoy está lleno de profesores de literatura semianalfabetos y de choferes de taxi con una inmensa cultura), el resto de lo que se dice es de una ramplonería espantosa. Cometen además la tontería de clasificar «La tía Julia y el escribidor» y «Pantaleón y las visitadoras» entre las novelas «intrascendentes de MVLL» cuando se trata de lo mejor que ha escrito junto con «La ciudad y los perros», «Los cachorros» y «Conversación en La Catedral«. El peso en «socialismo» de una obra no es, señores críticos, un criterio de análisis literario.