«Si no vives para servir, no sirves para vivir»
es el lema de los blogs de Julio Carmona
(editados con la colaboración de Juan Víctor Alfaro):
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Si no fuera por Humala
Keiko pasaría piola,
pues dice que era chibola
cuando actuaba como mala.

ALBERTO VILLAR CAMPOS

Uno de los flancos más débiles y criticados en la campaña de Keiko Fujimori ha sido, sin duda, la posibilidad de que ella indulte a su padre, de llegar al sillón presidencial. A mediados de abril, el tema volvió a la luz cuando la congresista electa y férrea defensora del gobierno de Alberto Fujimori Martha Chávez le advirtió al presidente del Poder Judicial, César San Martín, que tendría que “rendir cuentas” por haber condenado al ex presidente.

El asunto logró ser zanjado rápidamente por la candidata, quien desautorizó públicamente la amenaza de Chávez, pero lo cierto es que las opiniones encontradas de los miembros de su partido respecto del tema solo lograron hacer crecer las dudas entre el electorado.

Algunos cables del segundo paquete que entregó Wikileaks a El Comercio revelan que los fujimoristas que hoy rodean a la lideresa de Fuerza 2011 tuvieron muy claro en el 2005 y 2006 que el principal y quizá único objetivo del partido era traer a Alberto Fujimori al Perú y encumbrarlo nuevamente en el poder. Para lograrlo, había que delinear una estrategia que incluía negociar el respaldo de congresistas de otras bancadas y reforzar las alianzas entre los miembros de su partido.

LAS REUNIONES CON ALTUVE

El cable confidencial N°38338, con fecha del 10 de agosto del 2005, da cuenta de una conversación entre los consejeros políticos de la Embajada de Estados Unidos y el congresista y actual vocero de Fuerza 2011 Fernán Altuve. Por entonces, las intenciones de Alberto Fujimori de regresar al país para lanzarse a la presidencia con el partido Sí Cumple eran ya conocidas y Altuve, quien mantenía comunicación regular con el ex presidente en Japón, se mostraba confiado en esta posibilidad.

Pese a ello, había un obstáculo que vencer: en el 2001, el ex presidente había sido inhabilitado por el Congreso para ejercer cualquier cargo público por diez años. Altuve, quien sostenía que esa decisión no impedía a Fujimori a lanzarse como candidato, planteó otra salida para hacer que este llegue al poder: el vicepresidente de Sí Cumple (Luisa María Cuculiza ejerció ese cargo meses después) competiría en las elecciones como candidata y, en caso las ganara, buscaría el respaldo de congresistas de otras bancadas (“que velaban por sus propios intereses”, dijo Altuve) para cambiar las reglas de juego y lograr que Fujimori retornase a la presidencia.

Meses después, en un cable confidencial signado con el N° 45972 del 23 de noviembre del 2005, se informó de una nueva reunión entre Altuve y los consejeros estadounidenses. Esta vez, comentando un artículo aparecido en “La República” el 11 de ese mes, el ex legislador calificó de idiotas a dos de las personas que supuestamente organizaron el viaje de Japón a Chile del ex presidente (y por el que fue detenido el 7 de noviembre de ese año): Luis Silva Santisteban y Germán Kruger. Pero eso no fue todo: según el cable, Altuve, además, contó que el partido buscaba ganar las elecciones de la mano de una mujer dinámica que representara a todas las mujeres peruanas, y no de alguien como Lourdes Flores, a quien calificó de mala manera. La candidata, subrayó Altuve, sería elegida por Alberto Fujimori.

EL RESPALDO LEGISLATIVO

Sin embargo, pocos días después, el 14 de diciembre, cuatro hombres clave del fujimorismo desayunaron con los consejeros de la embajada estadounidense. Se trata del ex congresista Oswaldo Sandoval; Santiago Fujimori, hermano del ex presidente; Jaime Yoshiyama, hoy candidato a la vicepresidencia de Fuerza 2011 y jefe del plan de gobierno del partido; y Augusto Bedoya, quien, según informes periodísticos citados en el cable N°48368 (que da cuenta de esta reunión), financió el viaje de Japón a Chile.

Además de subrayar que Santiago era el líder del partido, los cuatro dijeron haber optado por mantenerse lejos de la mirada pública para no poner en riesgo sus negocios, legando la labor de defender al ex presidente a una persona como Martha Chávez, quien gozaba de una mayor aceptación en los sectores populares.

También creían en una idea que, finalmente, no se concretó: Alberto Fujimori saldría libre del proceso de extradición a más tardar en enero del 2006 y tendría, así, la cancha libre en su carrera hacia la presidencia.

Ahora bien, ¿cómo lograrían esto último? El grupo indicó que la estrategia inicial del movimiento fue unir en una sola alianza a los tres partidos fujimoristas de entonces (Sí Cumple, Nueva Mayoría y Cambio 90), pero, a inicios de ese mes, el Jurado Nacional de Elecciones negó la inscripción de esa coalición respaldada por el impedimento para ejercer un cargo público a Fujimori. Entonces, decidieron que era mejor dividirse: Sí Cumple insistiría en ir con Alberto Fujimori a la cabeza, mientras que Cambio 90 y Nueva Mayoría crearían el partido Alianza por el Futuro, optando por la candidatura que, finalmente, recayó en Martha Chávez.

Los fujimoristas aseguraron que si el por entonces detenido en Chile lograba ser habilitado para candidatear, Alianza por el Futuro se retiraría del proceso y dejaría la cancha libre en las elecciones.. Esto, sin embargo, no ocurrió, y la coalición de Chávez fue la única que se lanzó al ruedo.

Esta segunda opción tendría otra vez al Congreso como el as bajo la manga. La estrategia era simple y la sugirió Altuve meses atrás: los fujimoristas lograrían una importante cifra de escaños en el Legislativo (al final consiguieron 13), buscarían alianzas con otras bancadas (Santiago Fujimori detalló que se aliarían con la candidata presidencial de centroderecha, Lourdes Flores, “con quienes tenemos excelentes relaciones”, dijo) y lograrían levantar la inhabilitación de Alberto Fujimori. Sea como fuere, el líder tenía que volver.

LA APUESTA CONTRA HUMALA

Finalmente, el bloque fujimorista, que por entonces ya conocía de la creciente popularidad de Ollanta Humala en la población, dejó en claro al embajador James Curtis Struble (quien firma los tres cables que se mencionan en este artículo) que Alberto Fujimori era la mejor ficha para detener el surgimiento de Humala. Subrayaron, además, que muchos de los que por entonces se alineaban con la propuesta electoral del hoy candidato de Gana Perú habían apoyado en el pasado al ex presidente, pero que estos se habían desilusionado tras su captura en Chile.