«Si no vives para servir, no sirves para vivir»
es el lema de los blogs de Julio Carmona
(editados con la colaboración de Juan Víctor Alfaro):
http://www.vosquedepalabrasvives.blogspot.com/
http://www.mesterdeobreria.blogspot.com/

California 10 de mayo de 2011.

INTRODUCCIÓN

La burguesía intermediaria y la burguesía transnacional, con bastante anticipación y planificadamente, tienen ya a su siguiente funcionario servil, previamente entrenado y adiestrado en la defensa de sus políticas económicas y del sistema dominante en nuestro país. Lo que se palpa en las presentaciones de los candidatos, sus debates, sus tira y afloja, son solo parte de la función distractiva, la comedia, para tratar de confundir y embaucar al pueblo; y a su vez, señalar, la hoja de ruta que han de cumplir los intelectuales camaleónicos pequeños burgueses de la llamada nueva izquierda, y de los que se ufanan en denominarse “socialistas”, bajo el manto encubierto, de la prédica teorética de los postulados de nuestro Amauta José Carlos Mariátegui.

Se destaca con “sorpresa” que los cinco principales candidatos coincidieron en resaltar la promoción del capitalismo periférico para la creación de empleo, respetando los mandatos del FMI, de la no industrialización del país. ¿Qué otro tenor se podría esperar en sus discursos? Ellos son los yanaconas de sus patrones nacionales e internacionales. La responsabilidad de tratar el problema de la propiedad sobre los medios de producción, de quien la dirige, resolver las necesidades básicas de la población, entre otros temas, no es tarea de los candidatos de las clases dominantes, ni de los de la pequeña burguesía a su servicio, sino la responsabilidad de los que luchan por el socialismo.

DIFERENCIAS ENTRE UN CANDIDATO DEL PUEBLO Y UN CANDIDATO AL SERVICIO DE LA CLASE DOMINANTE, SEA DE DERECHA O DE IZQUIERDA.

¿Cuáles son las características que distinguen a un candidato del pueblo de un candidato al servicio de la clase dominante? Un candidato del pueblo debe simbolizar, ser el resultado de un trabajo constante y perseverante con las masas populares, en su comunidad familiar, barrial, vecinal. Un candidato del pueblo debe enarbolar el programa de lucha reivindicativa de las nueve necesidades básicas del sector al que representa (alimentación, comunicación y descanso, simbolizando su seguridad vital como ser humano y su Dignidad Humana; vivienda, vestido y recreación, simbolizando su decoro humano y su Dignidad Cívica; salud, educación y trabajo, simbolizando su progreso y desarrollo social y su Dignidad Nacional ), y su programa prospectivo de transformación de la sociedad, de la lucha por el cambio social. Un candidato del pueblo debe ser elegido democráticamente dentro de las diversas formas orgánicas del pueblo. Un candidato del pueblo presenta no su candidatura como personaje o individuo, sino que lleva las banderas de los ideales e intereses comunes del grupo humano que lo eligió. Un candidato del pueblo, en concreto, pone en lo alto la candidatura del candidato programático, porque es el que condensa los puntos de unidad, solidaridad y de interés común para todos sus integrantes, sin distinción de credos o tintes políticos, porque es la representación misma de un frente unido. Un candidato del pueblo, enarbolando el programa de cambio social, Manifiesto del Poder Cívico (MPC), participa de las elecciones con fines meramente de agitación y propaganda clasistas , educando al pueblo, formando conciencia de clase, sin declamaciones hueras, líricas y estrepitosas, convirtiendo la solidaridad en disciplina mancomunada, por las necesidades básicas de la población. Un candidato del pueblo desenmascara el dominio político, económico e ideológico de la clase conservadora y burocrática en nuestro país y educa al pueblo en su derecho cívico y su libertad política de luchar por el cambio social, de luchar por el socialismo, de luchar por los Municipios-Ayllus como células económicas de la administración, producción y gobierno del nuevo Estado tipo Comuna.

Los candidatos de la clase dominante y de la pequeña burguesía (que también participa llevando impreso en su candidatura sus propios intereses de clase, que al no tener ideología propia, termina claudicando y sirviendo a los intereses de la clase dominante. Lo que la historia ha demostrado, en las diversas participaciones electorales en las que ha estado presente, de terminar siendo parte de los miembros asesores del capitalismo marginal en nuestro país), presentan sus candidatos carismáticos, elegidos bajo el consenso de sus cúpulas partidarias, lo que se conoce vulgarmente como la elección al carpetazo, donde no tienen voz ni voto ni los propios integrantes de sus partidos. Un candidato de la clase dominante, es seleccionado y preparado para representar y defender los intereses de la clase dominante, que elección tras elección, mueve su cantinela de elecciones libres, democráticas y participativas, con la cual seguir encubriendo su dominio y la explotación del pueblo trabajador. A esto se suman los candidatos de la pequeña burguesía, de la vieja y nueva izquierda, y de los llamados “socialistas”. Un candidato al servicio de los intereses de la clase dominante enarbola su “carisma”, su yo como personaje; moviendo planes de maquillaje del viejo y podrido sistema dominante. Un candidato a favor de la clase dominante lucha por reformas dentro del viejo Estado capitalista y va en contra de la lucha de clases. Para este tipo de candidatos, no son las masas las que hacen la historia sino los individuos.

LAS ELECCIONES MUNICIPALES Y PRESIDENCIALES CON “EL MAL MENOR”, “LA ESPERANZA DEL PUEBLO” Y “LA OPOSICIÓN DEMOCRÁTICA POBLANA”.

Se viene planteando, el descomunal engaño político a través de sus serviles de turno, del capitalismo marginal, en “promover e imponer la ‘unidad nacional’ para oponerse a la lucha de clases”. Frente a este “descomunal engaño político” de las clases dominantes en nuestro país, con sus elecciones presidenciales, se palpa la descomunal orfandad en la lucha contestataria y no solo oposición contestataria del pueblo peruano (el pueblo no se opone, el pueblo lucha; lo que en modo alguno representan sinónimos), ni mucho menos “oposición democrática poblana”, como nueva versión encubierta de la oposición protestataria de la intelectualidad pequeño burguesa en nuestro medio, tan presta a representar y defender no los intereses de la población, sino los intereses de las clases dominantes.

Se analizada y se destaca los aspectos políticos, económicos, ideológicos, de los candidatos del capitalismo burocrático y dependiente, pero sin tocar ni analizar la esencia de la participación del Candidato Programático, por la sencilla razón de que, desde el mismo surgimiento del MPC en la escena política (1988), hubo oposición abierta y encubierta a su debate y aprobación y de ejecutarlo en la práctica. Como el encubrimiento no puede ser por siempre jamás, en estas elecciones municipales 2010 y presidenciales 2011, rasgándose sus vestiduras oportunistas, se realiza abiertamente el trabajo, por desconocer y enterrar el MPC bajo el ropaje encubierto de mariateguistas.

A su vez se observa: “Queda claro que a fines del año 2005 nuestra intención no era polemizar con un muerto, con el cadáver de Víctor Raúl Haya, sino alertar sobre el origen de las ideas del ‘vivazo’ de Ollanta Humala, que apelando a la demagogia y al patriotismo, y bien financiado por un sector de la burguesía se encumbró agitando el nacionalismo”. Lo que queda claro es que en las elecciones 2006, se apoyaron candidatos reformistas y totalmente contrarios al Programa de Cambio Social. Fue una demostración más de la oposición al MPC y que ahora se reafirma y confirma, con sus acciones desesperadas como miembros de la tercera generación, por demostrar lo contrario. El nacionalismo burgués es la expresión moderna del fascismo, exaltando el chauvismo, contrario al nacionalismo proletario, de unidad y lucha de las diversas clases sociales que conforman el pueblo peruano, practicando la solidaridad y el internacionalismo proletario.

La clase dominante, mueve el nacionalismo patriotero, “integrador” para engañar al pueblo. Busca la conciliación de clases para continuar su dominio marginal, dependiente del gran capital neoliberal. Los representantes de la clase dominante y ella misma, se encubren tras nuestro gran Amauta con el objetivo preciso y definido de confundir a las masas populares. Frente a la confrontación de ideas y de sistemas, le urge a la clase dominante moverse en el lenguaje y campo popular, bajo el amparo de sus voceros de turno de la “nueva izquierda”, y de los llamados “socialistas”, con su prédica monocorde del legado de Mariátegui. El truco es de moverse y usar el lenguaje socialista (el lobo vestido de oveja) para despistar al pueblo y seguir gozando del poder y de su dominio de clase.

Frente a la agitación de las banderas del antiimperialismo no se aclara que, el enfrentamiento de lucha del pueblo peruano contra la “doctrina antiimperialista” es la lucha por el socialismo, por un nuevo Estado tipo Comuna, con su organización de nuevo tipo, de frente unido, guiado por ideales comunes, solidarios, concretos y prácticos, bajo los postulados de la coexistencia duradera y la supervisión mutua (CODUSUM).

No se aclara y se educa que, quien impulsa y lucha por el nacionalismo, en la etapa actual de globalización de la explotación y dominio del capital, cumple el rol de desorientar y confundir a las masas; sino más bien, se forma parte del enredo y confusionismo. Sin tener presente que, “Las muchedumbres se emocionan y se apasionan ante aquella teoría que constituye una meta próxima, una meta probable; ante aquella doctrina que se basa en la posibilidad; ante aquella doctrina que no es sino la revelación de una nueva realidad en marcha, de una nueva realidad en camino” (JCM, T-8, pág. 157).

Esta meta próxima, probable, no es el burdo nacionalismo burgués y pequeño burgués como doctrina retrograda, vieja y de estancamiento. Los pueblos y las muchedumbres se apasionan por la fuerza de la solidaridad, de la internacionalización de sus ideales y de sus luchas, capaz de derrocar todo estruendo vacío y hueco, del nacionalismo antiimperialista.

Dentro de las diversas fuerzas que han participando tanto en las elecciones municipales y presidenciales, ¿qué tipo de ideario, de programa, se ha agitado en contra del ideario, planes de gobierno burgués y pequeñoburgués? ¿Son acaso los planteamientos timoratos, líricos, fanfarrones y fragmentados de un programa? En estas elecciones se han agitando programas reformistas, oportunistas, revestidos por fuera, de las necesidades básicas de la población y hasta predicando su Moral de Productores como la “revaloración de la dignidad del trabajo, la innovación y la capacidad emprendedora”. ¿Alguien de los llamados “socialistas” ha alzado su voz de protesta y desenmascarado en sus abundantes y prolijos documentos antes y después de las elecciones de la primera ronda electoral presidencial tamaño embuste? Antes bien, los intelectuales cibernéticos y de escritorio han apoyado y participado del mal menor, señalando, por ejemplo: “¿Por qué Ollanta ganará las elecciones del 10 de abril? La razón es muy sencilla: GANA PERÚ, simboliza hoy la ESPERANZA de cambio de todo el pueblo peruano cansado de tanto faenón de los políticos de siempre”. Inequívocamente, nuestro Amauta señaló: “La pequeña burguesía, es sin duda, la clase social más sensible al prestigio de los mitos nacionalistas.” (T-13, pág. 94) ¿No es acaso este apoyo una forma clara y contundente de reforzar las políticas de engaño de la clase dominante, aplaudiendo el cacareado nacionalismo? Ahora bien, la responsabilidad, la política de estudiar y de aclarar esta farsa teatral encubierta de revolucionarismo, debería ser responsabilidad de nuestros intelectuales, “de nuestros hombres de estudio que, realmente, no son tales intelectuales ni tales hombres de estudio sino caricaturas de hombres de estudio, caricaturas de intelectuales.” Tales intelectuales no analizan ni estudian, sino aplauden y predican tesis confusionistas y mesiánicas, llenándose de lodo y de vergüenza.

Los argumentos intelectualoides de apoyo a candidatos carismáticos, promeseros y embusteros, en las elecciones municipales y presidenciales, confirman su posición en favor del liberalismo burgués y sus tesis reformistas, de la transición pacífica al socialismo. No agitar, propagandizar, un programa de cambio social; o ponerlo fraccionado al servicio del diletantismo electoral, va contra las luchas del pueblo peruano por el socialismo, no existiendo término medio. La pequeña burguesía se pliega al proletariado, o se pliega a las clases dominantes. La experiencia de participación electoral del socialismo domesticado en las diversas contiendas electorales, corroboran que, la pequeña burguesía adhiere y sirve a los intereses del capitalismo marginal y globalizante.

Siguiendo el análisis de los llamados “socialistas”, muy alegremente se declama, “que el 10 de abril las elecciones las ganará LA ESPERANZA del pueblo”; lo que significa en su real catadura, el revestimiento demagógico en que se apoya el intelectualismo frente a su orfandad política independiente, prestando sus lineamientos y sus postulados a la clase dominante en la parodia de sus “elecciones democráticas”. Nuestro Amauta desenmascaró la función que cumple la pequeña burguesía frente al dominio del capital: “Desprovisto de una conciencia de clase propia, la clase media se considera igualmente distante y enemiga del capitalismo y del proletariado. Pero en ella están representados algunos sectores capitalistas. Y como la batalla actual se libra entre el capitalismo y el proletariado toda intervención de un tercer elemento tiene que operarse en beneficio de la clase conservadora. El capitalismo y el proletariado son dos grandes y únicos campos de gravitación que atraen las fuerzas dispersas. Quien reacciona contra el proletariado sirve al capitalismo.” (T-8, págs. 136, 137).

La prédica confusionista y mesiánica de “La Esperanza del pueblo” es el nuevo disfraz con que se enmascara la clase media en abierta oposición al programa y luchas del pueblo. Es un planteamiento reaccionario que hay que desenmascarar y desterrar de las filas del pueblo, porque representan un nuevo intento pequeño burgués por enlodar la revolución en nuestro país, con su apoyo incondicional al capitalismo burocrático y marginal.

“La Esperanza del pueblo” apoya las tesis de la burda maniobra del juego montado por la clase dominante y sus diversos “líderes” elegidos y preparados previamente para representar la función en el ámbito teatral de las elecciones. “La Esperanza del pueblo” no es sino la puesta en escena después del montaje burgués, para que el pueblo se incline por el mal menor. O sea, la elección del mal menor, viene ahora revestido y camuflado en papel celofán, bajo el rótulo de “La Esperanza del pueblo”. Es el típico favor prestado a la burguesía en nuestro país, por la burguesía media, estas son sus cartas y reglas de juego, mostrándole a la clase dominante, como envolver sus mentiras, su falta de moral, su falta de legitimidad, para continuar en el poder.

De acuerdo a la lógica de querer vendernos gato por liebre, se plantea que los candidatos “derechistas” de turno han sido derrotados por el pueblo, y que “por lógica simple, el ganador de las elecciones ha sido el pueblo, pero no bien se instalaron los nuevos gobiernos, la clase dominante fue la directamente beneficiada, les dio una patada en el trasero a los asesores de izquierda, y postergó nuevamente la atención de las demandas del pueblo”. Esta directriz obvia que la política del Estado peruano es capitalista, que hace uso de su farsa electoral para sostener su democracia en crisis; y que por tanto, es ella la que maneja e impone sus reglas de juego, y los candidatos que han de trabajar por sostener y mantener su desvencijado sistema en decadencia. Que es la pequeña burguesía la que mejor se presta y se acomoda a sus fines. Que de antemano y con tiempo de anticipación tiene preparado al siguiente representante de su gobierno. Por tanto, es pura politiquería querer hacer creer que el bando contendor se divide entre buenos y malos, entre “derechistas” e “izquierdistas”, sin ningún asidero a la tan pregonada lucha de contrarios y a las leyes dialécticas. “Los socialistas que hemos tomado conciencia de esta ‘ilógica lógica’ no tenemos porque seguir al pueblo engañado y manipulado, sino Votar Nulo para Presidente, tanto el 10 de abril, como el 05 de junio.” Con la cereza que corona el pastel: “Qué razones habría para pensar diferente”. El intelectualismo y su fácil, orondo y cobarde recurso de acusar al pueblo como responsable de sus desgracias, de dejarse engañar y manipular, no representan sino el mediocre recurso del que huye y evade sus responsabilidades de educar al pueblo no solo de palabra, sino y sobre todo en los hechos. ¿Qué tipo de trabajo práctico los “socialistas” de la tercera generación, en este caso, han realizado? ¿Dónde están sus balances que así lo demuestren, como para seguir sintiéndose con moral y autoridad para venir a motejar al pueblo de dejarse “engañar y manipular”? ¿No son acaso estos planteamientos y posiciones timoratos, lo que contribuye al juego de la clase dominante por seducir al pueblo a través de sus medios de comunicación, con su inmoral y decrépita cultura dominante? ¿Acaso estas lamentaciones de “los socialistas” blandengues, imbuidos de un espíritu de reproche al pueblo han realizado alguna vez el balance de las pasadas elecciones, para que ahora muy tranquilos, rimbombantes y sin rubor en la cara, lancen la elección del mal menor bajo el manto espectral de “La Esperanza del pueblo”? ¿Representa acaso su parodia de “voto nulo”, el voto digno del pueblo que se deja “engañar y manipular”?

Ahora bien, ¿con qué fin se acude a la participación de las elecciones burgueses? ¿Para encumbrar a un nuevo ídolo de barro, a un nuevo gobernante vestido de oveja? Se acude a ellas con fines netamente de agitación y propaganda clasistas, hasta que cale profundamente el programa de cambio social, el programa proletario, dentro de las masas populares, desenmascarando la política, la economía y la ideología burguesa, que ya no coinciden con el progreso. El Manifiesto del Poder Cívico (MPC) es el programa para el cambio del sistema capitalista dominante, por el nuevo sistema socialista. Como consecuencia de un trabajo perseverante y constante, con las masas de abajo, y con las masas de arriba. Por tanto, ¿no representará un claro deslinde con el voto por el mal menor, el suscribir en el voto popular la lucha por el programa de cambio social, la lucha por el nuevo Estado tipo Comuna, la lucha por el socialismo? ¿No será esto el mejor voto que se le pueda enseñar y esperar como resultado de la población?

¿Por qué los “socialistas” de esa ‘ilógica lógica´, no han trabajado con esmero, ahínco y decisión todos estos años para desenmascarar esta supuesta treta de los grupos de “derecha”? No lo han hecho, ni lo harán. Son solo pamplinas, fanfarronadas plañideras, fruto de su desvergüenza, de no haber sabido cumplir bien su jornada, queriendo hacer creer que con votos se construye la unidad del pueblo, de abajo hacia arriba. Solo es demostrable y posible el trabajo y la construcción orgánica del pueblo desde abajo con el Manifiesto del Poder Cívico (MPC), porque es la concentración misma del programa mínimo reivindicativo y el programa máximo para el cambio social.

En opiniones sobre “El Foro Minería en Apurímac”, se plantean ideas económicas contrapuestas y contrarias al Resurgimiento del Perú, con claro deslinde y enfrentamiento a las tesis marxistas de la lucha por derrocar el viejo, podrido y corroído sistema capitalista, y las tesis de nuestro Amauta JCM, de resolver el problema primario en nuestro país, el problema de la tierra, nacionalizando la tierra, las industrias básicas estratégicas, y los servicios básicos estratégicos, dando termino a la propiedad privada dominante. A esta triple nacionalización va unido la expropiación triple de la tierra latifundaria, de la banca privada y del comercio exterior, terminando con el dominio del viejo, podrido y corrupto Estado Burocrático Militar de la oligarquía peruana, y del capitalismo marginal y transnacional, y por la construcción del nuevo Estado tipo comuna y el nuevo Municipio-Ayllu, como célula económica de triple integración, de la producción, administración y gobierno.

Se parte del análisis reformista, de sostenimiento y de apoyo al viejo y caduco sistema burocrático militar que domina los destinos de nuestro país, señalando que la desviación, de un lado, del “indigenismo restauracionista” y del “nacionalismo antiinternacionalista”, por el otro, como banderas que se oponen y atentan contra “el crecimiento económico y el desarrollo social de la población”. Si se apoya y defiende este supuesto crecimiento económico y desarrollo social de la población, se entiende que el capitalismo marginal en nuestro país no ha agotado su función de desarrollo de las fuerzas productivas y de la economía. Pero se sabe que ningún capitalismo marginal tiene desarrollo propio, solo es lacayo, yanacona, pelele, del capitalismo neoliberal globalizante, en agonía a nivel mundial; y los que aplauden, difunden y defienden sus tesis, son también movidos por estos degradantes e inmorales ideales rastreros y serviles. Quien hace y deshace en nuestro país con nuestras riquezas nacionales, con nuestra biodiversidad, la producción, no es la vieja casta de oligarcas y su rémora feudal, sino los grandes monopolios bajo la batuta de sus gendarmes internacionales, el FMI y el BID, imponiendo sus reglas de juego en lo económico, político e ideológico.

Lo que el capitalismo marginal en nuestro país no ha agotado es su función de dependencia económico política frente al capital transnacional, ni ha renunciado al ideal de la conciliación de clases, para sostenerse en el poder, pregonando y defendiendo “su crecimiento económico”; y que vilmente defienden y quieren vender al pueblo, los llamados “socialistas”, camuflados con el lenguaje mariateguista. En este punto, Rosa Luxemburgo analizando la desviación reformista en sus tiempos de combatiente y que hoy se trasluce en nuestro país, con sus rasgos y fisonomías propias, pero manteniendo la misma esencia del sostenimiento y defensa del capitalismo, apoyando la lucha por reformas y ocultando la lucha por el cambio social: “…todo nuevo movimiento se basa, para elaborar su teoría y su política, en el movimiento precedente, aunque la esencia del nuevo esté en contradicción directa con la del antiguo. Todo nuevo movimiento comienza adaptándose a las formas que ha encontrado de antemano y habla el lenguaje que se hablaba antes de él. Solamente con el paso del tiempo el nuevo germen sale de la vieja cáscara, y la nueva corriente encuentra su forma y lenguaje propios.” (Reforma o Revolución, edición digital, prólogo, pág. 1) ¿Acaso no se viene repitiendo y repitiendo febrilmente que se está por el socialismo, por las tesis de Mariátegui?, ¿Acaso no se dicen socialistas y luchar por el cambio social? Pero una cosa es repetir, fanfarronear y otra cosa son los actos, lo que se obtiene como producto en los hechos concretos. Una cosa es la teoría, por muy altisonante que se presente, cuando su resultante es hueca y contraria a la verdad socialista. Téngase presente que todo planteamiento reformista, es una declaración de guerra a la doctrina marxista.

A su vez Rosa Luxemburgo, remarcó: “Quien quiera pasar hoy por socialista y al mismo tiempo busque declarar la guerra a la doctrina marxista, el más genial producto del espíritu humano en este siglo, debe comenzar con un homenaje inconsciente al propio marxismo: confesándose discípulo de la doctrina, para buscar en ella puntos de apoyo para atacarla, al tiempo que presenta sus ataques como un nuevo desarrollo del marxismo.” (Ibíd.) A buen entendedor pocas palabras.

El carácter pequeñoburgués contrario al movimiento popular y proletario en nuestro país, de dominio de escritorio y de internet, llegará a su fin con la ligazón estrecha con las masas, agitando sus necesidades básicas, su programa mínimo y su programa máximo de la lucha por el socialismo. “Únicamente cuando las amplias masas trabajadoras empuñen el arma afilada y eficaz del socialismo científico habrán naufragado todas las inclinaciones pequeñoburguesas, todas las corrientes oportunistas. Entonces será cuando el movimiento se asiente sobre bases firmes. ‘La cantidad lo conseguirá’.” (Ibíd. Pág. 2)

Sobre la base económica, se sientan las bases de la política. Una economía reformista, elitista, pequeñoburguesa, en respaldo y provecho del sistema capitalista, produce como consecuencia una política reformista, elitista, pequeñoburguesa y contraria al sistema socialista, dando como resultado, tesis e ideas de estancamiento para su desarrollo, difusión e implementación; con señalamientos confusionistas, mesiánicos y degradantes, resaltadas en estas últimas elecciones presidenciales y su proclama de “La Esperanza del pueblo”, en clara alusión y contubernio con el mal menor.

Se plantea la incoherencia de que “Nuestros ‘antiimperialistas’ criollos tergiversan groseramente la lucha por la Nacionalización de la Tierra, uno de los pilares estratégicos del programa de cambio social.” Si se defiende la idea reformista, reaccionaria y de sometimiento a una mayor dependencia de nuestro país, por órdenes del gran capital internacional, y su llamado “crecimiento económico y desarrollo social”, es embarrarse en sus propias frustraciones y contradicciones, con que encubrir sus divagaciones y desviaciones en favor del capitalismo dependiente en nuestro país. La lucha frontal del pueblo peruano es por el socialismo, con su programa de cambio social y el desarrollo y dominio de su Moral de Productores, dentro del nuevo Estado tipo Comuna, y sus células económicas, los Municipios-Ayllus, contra el sistema capitalista actual dominante, incapaz de producir desarrollo alguno de las fuerzas productivas, ni “crecimiento económico y el desarrollo social”, porque ha dejado de coincidir con el progreso, ha dejado de producir mínimo avance enquistándose más al dominio del capital monopólico internacional; por tanto, debe ser cambiado.

El desarrollo de las fuerzas productivas, de la producción social, de la economía en nuestro país ha dejado de ser función del capitalismo. Tarea que será asumida por el socialismo, dentro de una nueva sociedad y sus reglas de juego comandadas por el pueblo organizado, como hacedor de todas las cosas materiales y complacencias espirituales. Es tarea de la ideología proletaria como usufructo del pueblo el hacer las transformaciones y revoluciones en lo económico, político e ideológico.

En el siglo presente, el sistema capitalista, en su etapa neoliberal y globalizante ha entrado en la etapa de sus crisis seniles, de decadencia y decrepitud, volviéndose más usurpador, voraz y sanguinario, en su propio territorio y en sus zonas de influencia, poniendo en peligro a la misma humanidad como especie; siendo sus períodos de crisis más prolongadas. Frente a su ferocidad, las luchas de los pueblos se hacen más duras y difíciles; y por lo mismo, más necesario enfrentar y romper todo germen de sujeción de los intereses de los pueblos a sus dominios y el apoyo incondicional de la clase media, con la transición pacífica y su mentira del “crecimiento económico y el desarrollo social”. La globalización ha elevado la socialización del proceso de producción a su máxima potencia, pero exacerbado el proceso de distribución a su máxima frustración. La propiedad privada ya cumplió su rol, dejando un mundo y una sociedad con hondas desigualdades, que solo el espíritu de unidad y lucha, colaboración y solidaridad de los pueblos, podrá ser posible entrar al nuevo sistema socialista, bajo el comando y dirección de los pueblos, como los grandes redentores de todas las calamidades creadas y dejadas por el más sanguinario y vil sistema que ha conocido la humanidad.

Por otro lado, se menciona que, “el balance de la lucha político electoral municipal, fundamentalmente le corresponde a los han participado de manera decidida, efectiva y entusiasta en la última contienda”. Entendiendo claro está a los que han participado con el candidato promesero, mentiroso y dadivoso, al más puro estilo de la política criolla; muy contrario a la participación con el candidato programático, que no necesita de acuerdos, ni firmas previas para ser agitado y propagandizado su contenido dentro del ambiente familiar, barrial, vecinal, comunal. Son dos tipos de candidatos contrapuestos que asisten a la contienda electoral; sea municipal, regional o presidencial. Cada uno en su propio estilo, lenguaje y terreno. Los que participan al estilo de la política criolla, en cada participación elevan, enarbolan a un líder, a un caudillo, maquillándolo de progresista, “revolucionario”, de “buenos políticos” elegidos por las masas populares, como “candidatos del pueblo”, con amplia trayectoria política, y su verbo florido de promesas, mentiras, regalos, chicotes, y cuanto su mente mediocre pueda imaginar y aguantar el papel y la prédica cibernética; que no bien llegados al poder, sabemos, sus aguas turbias, correrán a juntarse con las del enemigo de clase, como nuevos figurines opresores y pisoteadores de las necesidades e intereses básicos de la población, con su plan reformista de gobierno de mantener en las tinieblas al pueblo, y de apoyo y complacencia con el viejo orden social. Con su afán y desvelos por la cuantía de los votos.

El estilo proletario y su candidato programático, lucha por crear conciencia de clase en la población, y la necesidad de destruir el viejo y caduco sistema conservador capitalista, dando vida al nuevo Estado tipo comuna. El candidato programático educa y enseña al pueblo a luchar por transformar la sociedad, a luchar por el Resurgimiento del Perú, desterrando toda vana ilusión de seguir el ejemplo indigno del estilo agorero y reformista; aplaudido por la gran mayoría de participantes en las últimas elecciones municipales y presidenciales.

La nueva versión de la oposición tolerada, de la oposición protestataria, viene ahora bajo el disfraz de la “amplia y variada Oposición Democrática Poblana en todo el país”. Es aparentemente nueva por fuera, pero por dentro, no es sino el viejo estilo reformista, con su tema central, de apuntalamiento del viejo orden capitalista. Son la pléyade de los “nuevos” tergiversadores de las luchas del pueblo con su reformismo a cuestas y contrarios a la lucha de clases.

Se prosigue en que, “La formación de la Oposición Democrática Poblana en todo el país, la formación de movimientos amplios y variados, contradictorios y combativos, es la principal conclusión de las últimas elecciones municipales, y se convierte en el obligado punto de partida para posteriores análisis, y para posteriores propuestas de acción.” Estas palabras representan el viejo sueño de la clase media intelectualoide, por comandar y dirigir la revolución en nuestro país, desvirtuándola y sofocándola con su espectro reaccionario y de asidero del sistema vigente. Enfrentando a esta raída conclusión autoritaria y ególatra, se tiene como una de las conclusiones principales de las últimas elecciones municipales y presidenciales que, los viejos y camaleónicos reformistas se han despojado de sus viejas caretas entreguistas, quedando al desnudo como viles lacayos y leguleyos del actual sistema. Que el pueblo con sus votos en blanco y sus votos viciados, ha desenmascarado a todos los viejos partidos de derecha y de izquierda, y a todos sus secuaces que encaramados y cobijados en sus organizaciones, las corroen por dentro, contagiándoles su viejo estilo claudicante, reformista y entreguista. Son los “espartanos” de viejo cuño, con su “nueva” bandera de la “Oposición Democrática Poblana”, y su corrupta treta de destruir las luchas populares. Otra de las conclusiones principales es que, el programa de cambio social, el Manifiesto del Poder Cívico del Pueblo Peruano (MPC), se eleva erguido para enfrentar al enemigo de clase del pueblo y erradicarlo del poder. La “Oposición Democrática Poblana” es pura fanfarrona y cháchara de escritorio y de internet. Es el típico estilo ególatra y altisonante, para envanecer su yo, como “el más grande luchador y combatiente”, de los llamados “socialistas”, en su desesperación por anteponer y desaparecer el MPC y la lucha por el nuevo Estado tipo Comuna.

Y para el delirio, como luchador “espartano”, se lanza el vanidoso y servil llamado: “Nuestro amplio conocimiento directo de las necesidades de la realidad peruana, y nuestra vasta experiencia en la acción técnica profesional, social y política las trasmitiremos con propuestas y acciones concretas. De manera similar, declaramos nuestro compromiso para apoyar desde abajo la actual gestión municipal en Lima Metropolitana, y nuestra irrenunciable decisión de combatir a todos sus detractores”. Qué duda cabe. Por la boca muere el pez. ¡Es el nuevo gladiador en la defensa del orden vigente, sus instituciones, sus injusticias, sus políticas y a sus representantes! Más claro no canta el gallo. Esa siempre ha sido su misión, imposible ahora de camuflar, lanzándose bravamente al ruedo para enfrentar a sus novillos o al toro bravo del MPC.

ANÁLISIS DEL BALANCE DE LA PARTICIPACIÓN ELECTORAL MUNICIPAL DE FUERZA REGIONAL

Las crisis del sistema capitalista más que idiotizar a unos sometiéndolos en el pesimismo e iluminar a otros “potenciando su imaginación y creatividad” como evalúa en su participación electoral Fuerza Regional, es excelente oportunidad para agitar las ideas de cambio social en nuestro país, expresando las reivindicaciones inmediatas de las nueve necesidades básicas y elementales de la población civil, y su derecho a la creación de una nueva sociedad, con un Programa de Cambio Social. Caso contrario, se entiende, que se agita y se promueve que unos son borregos, y, por tanto, seguidistas y otros dirigentes, y, por tanto, iluminados. Si las crisis del sistema capitalista son más profundas y terminales, y se pretende generar ideas renovadoras “que nos conduzcan a una solución histórica de nuestros problemas”, esto se logra solo a través de la agitación y propagandización de un programa reivindicativo y prospectivo, donde se reivindica la Dignidad Humana de la población y la ejecución por el gobierno del pueblo, de la alimentación, comunicación y descanso; reivindicando así mismo, su Dignidad Cívica, asegurándole el vestido, la vivienda y la recreación; y reivindicando su Dignidad Nacional, para el desarrollo y progreso del pueblo todo, asegurándole la salud, educación y trabajo. Los tres ejes van integrados y unidos, constituyendo un polo único de atracción, que promueve el derecho cívico y la libertad política del pueblo trabajador por transformar su realidad, bajo las banderas proletarias de la Moral de Productores. Ese “nuevo orden social en Huaral y el Perú profundo”, solo será posible terminando con la vía capitalista, e implantando de raíz el nuevo orden socialista. El lenguaje de reformas sociales camufladas de socialistas, es para democratizar y sostener la política de dominio del Estado capitalista.

Toda promoción dentro del sistema capitalista dominante como el modernizar la región, afirmar su identidad, conservar su medio ambiente, impulsar el turismo, el agro de exportación en el ámbito de “plena libertad en democracia”, y la conciliación participativa de las “instituciones privadas y públicas” y la oportunidad protagónica de “todos los ciudadanos con inteligencia y valores, sin ninguna discriminación”, corresponden a viejas tesis reformistas, de que el capitalismo no ha agotado su función de desarrollar las fuerzas productivas; por tanto, dentro del marco legal capitalista, desarrollar e implantar el socialismo por medio de reformas sociales.

Se menciona que, “Lima y Provincias es una región eminentemente agrícola. Requiere de un gobierno regional eficiente y eficaz, con la finalidad de promocionar la agro-exportación de sus productos, y ser una región segura para sus habitantes y competitiva en el mercado nacional e internacional.” ¿Se podrá pedir eficiencia y eficacia dentro de los parámetros del capitalismo dominante? Eficiencia y eficacia con gobierno regional es sinónimo del remozamiento de las caducas políticas reformistas pequeño burguesas alimentando el capitalismo marginal y dependiente, y el mayor sometimiento de la población con la promoción del agro de exportación de productos no tradicionales. Los cambios anunciados bajo el disfraz del “rumbo solidario orientado al cambio social”, es la vieja escuela reformista de los cambios periódicos y cíclicos dentro del mundo capitalista movidos e impulsados por los caudillos de turno, opuesto a la lucha de clases y contrario a la idea programática de unir al pueblo para el cambio social, y por el nuevo Estado tipo Comuna.

Dentro de las elecciones municipales, regionales o presidenciales, los candidatos personalistas, carismáticos y sus planes de gobierno (camuflados de programas reivindicativos), no analizan ni cuestionan la sociedad y su sistema de dominio con todas sus secuelas; antes bien, se le maquilla y defiende. La pequeña burguesía, siguiendo con su rol de poner sus servicios a favor de las clases dominantes, no diferencia su lenguaje, de los candidatos de la política criolla.

Siguiendo con las pautas y rutas de las reformas, se encomia: “() trabajando por un Proyecto que contemple la evolución dialéctica de Seguridad Vital a Dignidad Humana y como consecuencia el Progreso General de la Región, la atención estará centrada en “garantizar una política buena ejecutada por buenos políticos” (sic!), muy distinto y distante de la vieja política criolla que rutinariamente promueve el individualismo huachafo que se sirve y sirve a su grupo sectario, fomentando la burocracia y despilfarrando los recursos del pueblo.” Es la cantinela de siempre de la clase media y su líder carismático, que presentándose como los buenos de la película, retaceando, embrollando y pisoteando el programa de cambio en la realidad concreta, no pueden dejar de prometer que con ellos las cosas serán diferentes y todo marchará por el camino de la buenaventura, el progreso y el bienestar de la Región, como en un lecho de rosas frescas y perfumadas. Palabras más, palabras menos, matizados con la promesa de “buenos políticos”, pero embadurnados por donde se les mire con la política reformista, haciéndole el juego de oposición tolerada al sistema capitalista, muy distante y completamente diferente a enarbolar el candidato programático, en la agitación y propaganda de las ideas de cambio . ¿Serán acaso los iluminados, por el golpe de gracia de la crisis senil del sistema capitalista los llamados a garantizar a la población regional, su progreso y bienestar, dentro del podrido y corrupto sistema? Es el mismo canto de sirena que repiten los candidatos tanto de izquierda como de derecha, todos son “buenos políticos”, prometiendo el oro y el moro, porque los mueve su espíritu egotista, individualista, aventurero y embaucador.

El nuevo estilo orgánico, nacido de las propias necesidades de la población, y su lucha reivindicativa por sus necesidades básicas en camino al derrocamiento del viejo sistema dominante, con su programa máximo, deja fuera de contexto el estilo de aparato, que promueve al caudillo, a los “iluminados”, y sus intereses pequeñoburgueses y estilo de trabajo por reformas, en contra de la lucha de clases; ocultando que las dos grandes fuerzas en contienda son el socialismo y el capitalismo. Es la lucha frontal del pueblo peruano contra un sistema en agonía, bajo la resplandeciente luz del nuevo Estado tipo Comuna y su Moral de Productores.

Para concluir, un miembro más de la tercera generación, de los también denominados “socialistas”, plantea sin vergüenza y con la mayor tranquilidad, que ganó Ollanta Humala, “Sencillamente, porque el Socialismo Peruano aún no tiene organización propia a ningún nivel y por eso no puede tener candidato propio.” O sea, aún no se tiene aparato con su líder o líderes carismáticos, promeseros y mentirosos, como el común de la izquierda protestataria. Repitiéndose que, “Esta elección despeja el camino para la preparación de la organización del Socialismo Peruano, para centrar el debate en el primer gran partido de masas y de ideas de toda nuestra historia republicana” ¿Sin trabajo previo de masas? ¿Vía cibernética? ¿Sin reconocer la labor y tarea del candidato programático? ¿Sin realizar el trabajo planificado y de hormiguita que tanto se pregona, y que son los primeros en olvidar y desconocer? Para esta línea política claudicante, el MPC está durmiendo el sueño de los justos, por los siglos de los siglos, amén. Es también, el podrido y viejo estilo reformista de la tercera generación, de suplantar el programa de cambio (MPC) por el líder, el caudillo, que la lucha consciente de las masas, mandará al basurero de la historia.

Anita Rodríguez

5-06-11